
El mastín tibetano o dogo del Tíbet es una raza de perro muy antigua desarrollada hace siglos en el Tíbet. Originalmente estos mastines eran utilizados en las montañas del Tíbet como perros de guarda para el ganado y las propiedades. Actualmente los mastines tibetanos todavía se utilizan para estos menesteres pero también los encontramos como mascotas familiares o como perros de exhibición.
Esta raza de presenta una noble apariencia, un largo pelaje de colores llamativos. Un mastín tibetano no deja indiferente a nadie. El dogo del Tíbet es un perro cariñoso, amable, paciente y comprensivo.Al ser una raza que lleva siglos trabajando estrechamente con los humanos han hecho de estos que nos encontremos ante unos perros que entiende muy bien a las personas.
El mastín tibetano suele ser un perro tranquilo, vigilante y protector de su familia, incluidas otras mascotas. Estamos ante un perro que impresiona por su tamaño, sin embargo es amable y tolerante con los niños. Sin embargo no debemos olvidar que estamos ante un perro de una dimensiones considerables y los mastines tibetanos pueden confundir los gritos y los juegos de los niños visitantes como un signo de agresión y comportarse de manera agresiva con los extraños
Tiene una naturaleza independiente con un temperamento marcado y territorial. Sospecha de los extraños, tanto que es posible que no permita que personas a quienes usted aprueba entren en su casa. Debido a su herencia como perro guardián, tiende a ladrar mucho por la noche.
Este impulso territorial puede afectar no solo la vida social de tus hijos, sino también la tuya. Si eres una persona con muchas personas que van y vienen de tu casa, esta raza probablemente no sea para ti.
La socialización es esencial para esta raza. Es importante llevar a tu mastín tibetano desde cachorro a pasear por cuantos más parques y eventos para perros. Déjalo que se relacione con otros perros y que conozca gente nueva, pero comprende que puede desconfiar de personas concretas
Los mastines tibetanos tienen un fuerte instinto con respecto a las personas, y si no superan su aversión inicial hacia una persona en particular, generalmente hay una razón para ello. Los mastines tibetanos no pueden salir a pasear sin correa y es recomendable variar las rutas de sus paseos diarios para evitar que se conviertan en territoriales de su ruta.
El dogo del Tíbet puede ser una mascota maravillosa para el propietario y el hogar adecuado, pero no puede adaptarse a cualquier estilo de vida. Si estás interesado en esta raza, hable con los criadores y otros dueños del mastines tibetanos y conoce sus experiencias antes de decidirte por adquirir un cachorro de esta raza.
Carácter y temperamento del mastín tibetano
Un mastín tibetano es inmensamente fiel a su familia. Aunque no lo muestre con muestras públicas de afecto, no quiere nada más que estar con ellos y protegerlos. Esta raza ha estado vigilando y protegiendo a sus amos y sus propiedades durante más de 2,000 años, por lo que no nos equivocamos al decir que estamos ante un buen perro guardián. Tu dogo del Tíbet cuidará de no permitir que nadie entre en tu hogar a menos que tú o tu familia lo permita, y aún así puede que sea reacio a ello.
Estamos ante una raza muy territorial de su hogar, e incluso puede extender este instinto a su vecindario. Por ellos es recomendable variar las rutas en los paseos diarios para evitar que se vuelva posesivo con respecto a cierta calle o las cosas que ve en ella.
El mastín tibetano tiene un fuerte carácter y puede ser muy obstinado cuanda se empeña en conseguir algo. Es esencial que su propietario se establezca como un líder y que el mastín lo respete sin que se tenga que usar la fuerza, las palabras duras o el castigo físico. Un mastín tibetano entiende la consistencia y la firmeza, pero no tolerará el abuso. Este respeto y obediencia debe ganarse desde que el perro es un cachorro, requiriendo que “trabajen” por todo lo que obtienen al ejecutar una orden antes de recibir comidas, juguetes, golosinas o juegos, esta es una buena manera por parte del amo de establecer su liderazgo.
El mastín tibetano es sensible a las emociones. No es una buena idea discutir con tu pareja u otro familiar delante de él. Él puede pensar que debe intervenir. Los perros de esta raza son un fiel guardián de la familia y se toman su trabajo con seriedad y se mantienen distantes con los extraños. La socialización temprana que continúa a lo largo de su vida ayudará a evitar que se vuelva territorialmente agresivo.
Es un perro inteligente que aprende rápidamente, pero no olvidemos que tiene un carácter fuerte y tomará sus propias decisiones sobre si quiere obedecer. No es realmente su objetivo complacer a su amo, sino protegerlo. Esa es solo una de las razones por las que nunca se le puede dejar sin correa en un espacio abierto. Nunca puedes estar seguro de sí responderá cuando le digas que venga. También puede ser agresivo hacia otros perros, especialmente los del mismo sexo.

Características del mastín tibetano o dogo del Tíbet
- Altura: Un mastín tibetano macho mide por lo menos 65 cm de alto en la cruz y las hembras miden alrededor de 60 cm de alto
- Peso: Un mastín tibetano macho puede llegar a pesar más de 70 kg. mientras que las hembras puede alcanzar los 55 kg.
- Esperanza de vida: entre 12 y 15 años.
Alimentación del mastín tibetano
Al igual que con todos los perros, la cantidad adecuada para alimentar a un mastín tibetano tenderá a variar dependiendo de su tamaño, peso, edad y nivel de energía. Los mastines tibetanos son perros grandes, ¡así que indudablemente necesitarán bastante comida! Sin embargo, es importante no sobrealimentarlos con proteínas, y la cantidad diaria se debe repartir como mínimo en 2 comidas (incluso 3 cuando son cachorros) para minimizar el riesgo de dilatación gástrica.
Siempre debe seguir las pautas sobre envasado de alimentos y consultar a un veterinario o a uno de nuestros asesores de nutrición si no está seguro.
La cantidad diaria recomendada oscila entre 4 a 6 o más tazas de comida para perros de alta calidad por día, divididas en dos comidas mínimo. Para evitar el hinchazón gástrico evitar los alimentos y el agua durante al menos una hora después de haber realizado ejercicio intenso.
Cuánto come tu perro adulto depende de su tamaño, edad, estructura, metabolismo y nivel de actividad. Los perros son individuos, al igual que las personas, y no todos necesitan la misma cantidad de alimentos. Casi no hace falta decir que un perro altamente activo necesitará más que un perro más tranquilo
La calidad de la comida para tu dogo del Tíbet también marca la diferencia: cuanto mejor sea la comida para perros, más se destinará a nutrir a tu perro y menos cantidad será necesaria.
Mantén a a tu mastín tibetano en buena forma midiendo su comida y alimentándolo dos veces al día en lugar de dejarla afuera todo el tiempo. Si no estás seguro de si tiene sobrepeso, haz una prueba ocular y la prueba práctica.
Primero, míralo hacia abajo. Deberías poder ver una cintura. Luego coloca las manos sobre su espalda, con los pulgares a lo largo de la columna vertebral, con los dedos extendidos hacia abajo. Deberías poder sentir pero no ver sus costillas sin tener que presionar con fuerza. Si no puedes, necesita menos comida y más ejercicio.
La salud del mastín tibetano
El mastín tibetano al igual que las otras razas de perros puede tener enfermedades hereditarias, por ello en fundamental para tener un perro sano elegir bien el criador, asegurándonos que nos garantice un cachorro saludable.Un criador de buena reputación será honesto y abierto acerca de los problemas de salud en la raza y la incidencia con la que ocurren en sus líneas.
El dogo del Tíbet presenta algunos problemas de salud que deben intentar prevenirse y vigilarse al máximo. Entre los más comunes tenemos displasia de cadera y codo, hipotiroidismo, membranas pupilares persistentes (un trastorno ocular) y neuropatía desmielinizante hereditaria canina.

No todas estas condiciones son detectables en un cachorro en crecimiento, y puede ser difícil predecir si un animal estará libre de estas enfermedades, por lo que debes buscar un criador de buena reputación que esté comprometido a criar los animales más sanos posibles. El criador debe ofrecerte una certificación independiente de que los padres del perro (y los abuelos, etc.) han sido examinados para detectar estos defectos y se consideran sanos para la reproducción. Ahí es donde entran los registros de salud caninos.
Debido a que algunos problemas de salud no aparecen hasta que un perro alcanza la madurez completa, no se emiten permisos de salud para perros menores de dos años. Busca un criador que no críe a sus perros hasta que tengan dos o tres años.
Cuidados del dogo del Tíbet
Si tienes un mastín tibetano como mascota este debe tener con acceso a un patio grande, bien cercado dónde puede hacer ejercicio.
Su grueso pelaje lo hace inadecuado para la vida en un clima cálido y húmedo, aunque puede tolerar el calor seco. Durante el verano o días calurosos siempre debe tener acceso a la sombra y al agua limpia y fresca.
Estamos ante un perro que no es necesario bañar mucho. Esta raza tiene poco olor, por lo que generalmente no necesita un baño más de una vez al mes.
Otras necesidades de aseo son la higiene dental y cuidado de las uñas. Cepilla los dientes de su mastín tibetano al menos dos o tres veces por semana para eliminar la acumulación de sarro y las bacterias que lo acompañan, si puedes hacerlo a diario mucho mejor.
Recorta las uñas una o dos veces al mes, o según sea necesario. Si puedes escuchar las uñas haciendo clic en el suelo, son demasiado largas.
Revisa los oídos semanalmente y asegúrate de que no haya residuos, enrojecimiento o inflamación. Limpia las orejas según sea necesario con una bola de algodón y un limpiador recomendado por el veterinario. Limpia alrededor del borde exterior del canal auditivo y no introduzcas la bola de algodón a una profundidad mayor que la del primer nudillo de tu dedo.
Requisitos de ejercicio
Los mastines tibetanos son perros grandes que tienen una cantidad moderada de energía y tienden a necesitar al menos una hora de ejercicio cada día, divididos en dos sesiones porque pueden sobrecalentarse fácilmente. Por lo general, están felices de pasar la mayor parte del día durmiendo, pero si no caminan lo suficientemente a menudo, se volverán muy aburridos y destructivos. Estas sesiones de ejercicio se pueden satisfacer con 20 a 30 minutos de juego en el patio o una caminata de media hora.
Los cachorros de mastín tibetano crecen más rápidamente que los de otras razas más pequeñas, pero no llegarán a su madurez física hasta que tienen más de un año. Para evitar daños en sus huesos, principalmente las extremidades, limita el ejercicio al juego libre en el patio y evita las largas caminatas hasta que tu mascota tenga un año.
Entrenamiento y socialización
Empieza con la socialización y entrenamiento de obediencia desde el primer día. Las mastines tibetanos son inteligentes y aprenden rápidamente, pero su naturaleza independiente y obstinada hace que el entrenamiento de obediencia estricta y formal no produzca siempre resultados óptimos. Debes ser paciente, firme y mantener una constancia para desarrollar un fuerte vínculo con tu mastín tibetano. Siempre busca comportamientos que se puedan recompensar en lugar de castigarlo por infracciones.
Los mastines tibetanos no son tan fáciles de entrenar. Son perros inteligentes que disfrutan aprendiendo, pero también pueden ser obstinados y fuertes. Necesitarán un entrenamiento constante pero suave para prevenir futuros problemas de dominación. Sin embargo, el manejo severo hará que ignoren a sus dueños, por lo que es mejor consultar a un experto sobre la mejor manera de entrenar a tu nueva mascota.
Un entrenamiento y socialización garantiza una mejor convivencia con tu mascota y de ella con su entorno. Un dogo del Tíbet aburrido o solitario es más destructivo y ruidoso de lo que puedes imaginar.
El entrenamiento con correa también muy importante, especialmente porque estamos ante un perro muy grande con un peso considerable y no será fácil llevarlo donde uno quiere si él prefiere ir en otra dirección. Como hemos comentado los mastines tibetanos nunca deben pasearse sin correa. Debemos considerar que se trata de un perro muy grande, de un tamaño casi tan grande como el mítico perro San Bernardo
La socialización es una necesidad imprescindible para esta raza. Los mastines tibetanos no sólo pueden pueden ser agresivos con otros perros, sino que tienden a ser demasiado protectores de su hogar y su familia. Las clases de socialización cuando es un cachorro será una buena manera de empezar, pero la socialización debe terminar continuar cuando es adulto.
Con el entrenamiento, la coherencia y la socialización adecuados, su mastín tibetano puede ser un maravilloso miembro de la familia que la protege y lo adora incondicionalmente.
Pelaje del mastín tibetano
El mastín tibetano tiene una doble capa de pelo con una capa externa de pelaje larga y de textura gruesa, y una capa interior gruesa, suave y lanuda. La capa interna es más delgada durante los meses más cálidos. El pelo es duro y liso, nunca rizado, ondulado o sedoso.
Una melena gruesa cubre el cuello y los hombros. Los machos generalmente tienen más pelo que las hembras, incluida una melena más gruesa alrededor del cuello y los hombros de ahí su apariencia leonina
El color del pelaje de un mastín tibetano suele ser negro, marrón, dorado y azul, con o sin marcas de color canela arriba y alrededor de los ojos, en el costado del hocico, en la garganta y en la parte inferior de las patas delanteras y el interior de la parte posterior.
Algunos mastines tibetanos tienen pequeñas marcas blancas en el pecho y los pies, pero en ninguna otra parte del cuerpo. La capa interna puede ser tonos más claros del color dominante o gris o canela en perros negros y canela. Los mastines tibetanos con pelaje de color sable o atigrados suelen ser penalizados en las exhibiciones, pero su color no afecta su capacidad para ser una gran mascota
El dogo del Tíbet arroja poco pelo y puede o no hacerlo según la temporada, dependiendo del clima en el que vive. Cepíllalo de una a tres veces a la semana con un cepillo de alambre para quitar el pelo muerto o suelto.
Acostumbra a tu mastín tibetano a ser cepillado y examinado cuando es un cachorro.
Mastín tibetano blanco
Los mastines tibetanos blancos son una especie de criatura mítica. La gente pensó durante años que eran leyendas y no eran ciertas, Los mastines tibetanos clasificados como blancos en realidad son en realidad color crema muy pálido, no realmente blancos. Photoshop se usa a menudo para hacer que los perros de color normal aparezcan como blancos en los anuncios. El mastín tibetano blanco se ha convertido en un verdadero negocio.
Los estándares mundiales están generalmente de acuerdo sobre los mastines tibetanos blancos y de color crema, aunque difieren semánticamente: en el estándar del American Kennel Club, los dos colores están indicados como “descalificaciones”.
Historia del mastín tibetano
El mastín tibetano es una de las razas más antiguas, considerada como la progenitora de las otras razas de mastín del mundo. Los perros mastines se originaron en el Tíbet hace unos 5000 años, y los mastines tibetanos son una de las razas descendientes de estos perros. En esta época se desarrollaron dos tipos de mastines: los Do-Khyi, que vivían en aldeas o viajaban con pastores nómadas y eran utilizados como guardianes para la cabaña ganadera, y los Tsang-Khyi más grandes, que a menudo se daban a los monasterios lamas donde servían como guardianes de los monjes budistas tibetanos.
Existen documentos chinos que datan del año 1121 a. C. donde se mencionan los perros guardianes tibetanos que bien podrían haber sido los progenitores del mastín tibetano actual.
Poco se sabe de esta raza antes de 1800. En 1800, el capitán Samuel Turner mencionó el uso de unos perros enormes en sus memorias, pero no hace ninguna otra descripción de ellos.
En 1847, el primer perro del Tíbet fue importado a Inglaterra y regalado a la Reina Victoria por parte de Lord Hardinge, el Virrey de la India. En 1873, se formó el Kennel Club de Inglaterra y el Mastín Tibetano ingresó oficialmente en el Stud Book como Mastín Tibetano, dejando atrás su título anterior como “perro grande del Tíbet”.
En 1874, el Príncipe de Gales, quien más tarde se convertiría en el rey Eduardo VII, trajo a Inglaterra dos mastines tibetanos. Los mastines tibetanos siguieron importándose ocasionalmente en Inglaterra y Europa, y el primer club de la raza mastín tibetano se formó en 1931. La Segunda Guerra Mundial puso fin a la reproducción, y no fue hasta 1976 que los criadores ingleses comenzaron a importar estos perros nuevamente.
Esta raza presenta una historia similar en los Estados Unidos. A fines de la década de 1950, se le entregaron dos mastines tibetanos al presidente de los Estados Unidos, pero los perros fueron llevados a una granja y no se sabe muy bien qué fue de ellos. No fue hasta 1970 que varios mastines tibetanos más fueron importados a los Estados Unidos y se convirtieron en los perros fundadores de la línea de los Estados Unidos. Sin embargo no fué hasta el año 2006 cuando el American Kennel Club reconoció la raza.